La tecnología siempre ha tenido el poder de reestructurar los negocios. La nube, la tecnología móvil, el procesamiento, análisis y almacenamiento de datos, la inteligencia artificial, la realidad aumentada, los asistentes digitales y la automatización de TI son solo algunas de las tecnologías que las organizaciones han adoptado como parte de sus esfuerzos de transformación digital.

Sin embargo, implementar eficazmente tecnologías que están en constante evolución es un desafío. ¿Sabías que solo alrededor del 30 por ciento de las iniciativas de transformación digital alcanzan o superan su valor objetivo? En la mayoría de los casos es debido a que las empresas no han modernizado adecuadamente con antelación su infraestructura de TI existente.

Aunque a menudo se considera que la modernización de las TI es sinónimo de transformación digital, no lo es. Se trata de actividades distintas, aunque complementarias. La transformación digital es el proceso de incorporar tecnologías digitales en una empresa, mientras que la modernización de TI se refiere a la actualización de la infraestructura subyacente para soportar esas nuevas tecnologías.

Los entornos de TI tradicionales dependen de tecnologías obsoletas rígidas y difíciles de mantener. La transformación digital requiere nuevas infraestructuras que automaticen las tareas manuales y agilicen las operaciones de manera que liberen recursos y permitan nuevos niveles de velocidad, eficiencia, escala y rentabilidad.